La mente humana se ve incesantemente agitada por la fuerza de los deseos. A más deseos, más desasosiego, más insatisfacción y menos paz. El hombre vive un momento en el que aún cree que satisfaciendo sus deseos se acerca a la felicidad. Son pocos los que van más allá del voluntarismo y comprenden que la paz hay que conquistarla primero en uno mismo.
La paz es algo más que ausencia de guerra. Es el momento de que los amantes de la paz miren hacia adentro y descubran que esta vive en sus corazones.Cuando los hombres seamos capaces de poner orden en nuestro interior, habrá automáticamente orden en la sociedad. Los verdaderos enemigos de la paz son las pasiones, la cólera, la avaricia, la ambición, los deseos y los celos que empujan constantemente al hombre a acciones violentas, cegándole a toda razón.
La paz es algo más que ausencia de guerra. Es el momento de que los amantes de la paz miren hacia adentro y descubran que esta vive en sus corazones.Cuando los hombres seamos capaces de poner orden en nuestro interior, habrá automáticamente orden en la sociedad. Los verdaderos enemigos de la paz son las pasiones, la cólera, la avaricia, la ambición, los deseos y los celos que empujan constantemente al hombre a acciones violentas, cegándole a toda razón.
La paz reside en lo más profundo del corazón.
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